lunes, 25 de mayo de 2009

TRES SIGLOS DE ECONOMÍA COLONIAL

La estructura económica de un país incide directamente sobre las actividades cotidianas de su población; desde la hora en que nos levantamos para ir a nuestros colegios o trabajos, o las cosas que hacemos para entretenernos, todas ellas tienen que ver con la forma en que se desenvuelve la economía. Por ello, para conocer a cabalidad las características de las personas que vivieron en un periodo histórico determinado, es preciso que indaguemos en las formas de relacionarse de la población con la economía.

Para visualizar la vida de las mujeres y hombres que habitaban en el actual territorio chileno durante el dominio español, necesitamos analizar las formas que adoptó la actividad económica cuando fue dirigida por los conquistadores.

Los primeros españoles que llegaron a Chile, centraron su accionar económico en la búsqueda y extracción de metales preciosos; en el caso de nuestro país, particularmente oro. Por tanto, el siglo XVI se caracterizó por la explotación de los lavaderos de oro y por un estricto monopolio comercial.

Las arduas tareas que requería la explotación de los lavaderos eran realizadas por la población local, ya que los indígenas y las tierras eran considerados un botín para distribuir entre los conquistadores. El reparto de las mujeres y hombres se llevó a cabo mediante el sistema de la “encomienda”. Las tierras eran asignadas bajo la forma de las “mercedes”. Por lo general, personas y tierras eran repartidas conjuntamente.

Como observamos, los habitantes originarios de nuestro territorio fueron afectados por la imposición de la encomienda, la que sólo sirvió de excusa para la explotación de ellos. Sin embargo, para los conquistadores la mano de obra autóctona resultaba indispensable para el funcionamiento de la economía de conquista, sin importarles que la encomienda se asemejara peligrosamente a la esclavitud. Los lavaderos de oro requerían de la abundancia de mano de obra y la gran masa de naturales disponibles lo hacía posible. Esto derivó en paupérrimas condiciones de vida para la población, que sufrió el desmembramiento de sus clanes y pueblos, debido al traslado de los encomendados hacia los lavaderos de oro, principalmente a Marga Marga (en la actual Viña del Mar) o a Quilacoya (cercanías de Concepción).

El levantamiento de Curalaba (1598), que puso fin del “siglo del oro”, derivó el eje de la economía hacia la exportación de sebo al Perú. De esta forma, la actividad ganadera se convirtió en la principal característica de la economía del siglo XVII.

Sin embargo, los graves daños que la encomienda provocó a la población local detonó una crisis en la disponibilidad de mano de obra para las labores agropecuarias. Se estima que entre la llegada de los primeros españoles a territorio chileno y 1620, la población autóctona disminuyó a la mitad. La crisis de la encomienda, llevó a los conquistadores a decretar la esclavitud para los indios capturados en guerra, los que sumados a esclavos de origen africano más el arriendo de indígenas argentinos (huarpes), constituyeron la fuerza productiva de gran parte del siglo XVII.

A fines del llamado “siglo del sebo”, la economía volvió a cambiar de rumbo. La exportación de trigo al Perú colocó a la actividad agrícola por sobre la ganadería, dando lugar a que el siglo XVIII sea conocido como el “siglo del trigo”.

La necesidad de gran cantidad de mano de obra para trabajar las haciendas de los patrones españoles, fue cubierta por la incorporación a las faenas agrícolas de la enorme masa deambulante del campo chileno, es decir los blancos pobres y los mestizos. Estos grupos necesitaban un lugar en la escala ocupacional, lo que se conjugó con los requerimientos de las haciendas para dar paso a un nuevo orden laboral y social: el inquilinaje.

Este sistema consistió en la cesión a las familias errantes (los inquilinos) de un trozo de tierra de la hacienda, la cual era retribuida a los patrones por medio de la entrega de la producción agrícola del espacio usufructuado. Por lo general, los inquilinos sólo conservaban la producción adecuada para su subsistencia. Este proceso de campesinización dio origen a la tradicional estructura del campo chileno: la de patrones y peones.

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5 comentarios:

  1. Profe ¿porque la encomienda nunca se REVELO contra os españoles? ya qe la encomienda se asemejaba peligrosamente a la esclavitud...

    Podria explicar tambien el inquilinaje.

    Nos vemos prfe chau!

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  2. Muy buenas preguntas Cecilia, mañana las vemos en clases.
    saludos.

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  3. profe el inqilinaje se asemeja al lio que es las nanas y mayordomos de ahora?

    cristobal salamanca 2b

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  4. es una buena comparación...hablaremos de ello en clases, espero tu participación en el análisis.
    saludos.

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